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Todo Incluido
He llegado yo a ti una tarde por ventura,
Por dicha me he quedado para siempre.
Tomábamos ambos té de tazas grandes,
Hora tras horas, iban pasando las horas.
Como se dice: “la casa es mi fortaleza».
Infusiones hicieron más bien fuerte el té,
Y más frágiles las paredes de tu fortaleza,
Sólo las coronas de los árboles temblaban
Con los ojos inocentes fijamente mirando
A los cuadros, que entumecidos colgaban.
¿Bien, las charlas? Incoherentes y largas
Más sutilmente, toda verdad disimulaban.
Chapadas a la antigua figuritas de mesa,
Manteles, decorados con diversos collares:
Todo con moldura en una mezcla abarcado.
«Todo incluido». Es que todo está pagado.
Con días de insomnio, sangre y más dolor,
Al igual, con minutos de felicidad humana.
Yalta, el 7 de agosto de 2010
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